!Gustad y ved que bueno es el Señor!.
Cuando pienso en tu nombre, me siento feliz.
Felizmente pienso !que alegre la mañana cuando llega!.
Porque vienes nuevamente a buscarme y yo te sigo.
La noche me llena de ti también, duermo tranquilo, sereno feliz, como un niño.
No me siento solo, porque se que estás a mi lado, en la cama me arropas,
como la madre al recién nacido, y me recitas un cuento y yo me duermo.
!Gustad y ved que bueno es el Señor!
Cuando pienso en las cosas que has creado me alegro.
Veo lo poco que soy, como el alfarero que eres, yo soy la arcilla y tu el portero que vigilante estás.
!Gustad y ved que bueno es el Señor!.
A veces me pregunto¿ porque ahora escribo tanto?.
Siempre me ha gustado, pero tanto tiempo llevaba sin hacerlo…
En TÍ me siento reconfortado, porque escribiendo oro, y pienso en TI, y soy feliz.
Comparto lo que escribo y me alegra cuando alguien dice que le gusta, y me pregunto
!que alegría compartida!
!Gustad y ved que bueno es el Señor!

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