
En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las fieras y los ángeles lo servían. Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».
Al contemplar la foto te veo Señor.
Hoy como ayer sin tiempo, porque siempre es el tiempo para a ti dedicarte
El Espiritu inicia el camimo, empuja a convertirme
¿Y a dónde voy, ? ….
Voy al desierto, allí haré parada, pondré una carpa y descansaré.
Contemplaré el atardecer del día, y por la noche me sentaré a ver
! Como las estrellas salen y cubre el manto del cielo!.
Desde allí, en el silencio de la noche, sé que te veré.
Me quitare los miedos, cogere tu tranquilo y sereno yugo
Alzaré la mirada y te bendeciré porque tú me empujas ….
Caminaré a tu lado, durante el tiempo que haga falta.
¡! Se que vendrás tentación por la noche!
que es cuando más placidamente te encuentras.
Sé que el murmullo, abrirá la ventana de mi mente
y mi corazón luchará como en el circo de los gladiadores.
“Pero también amanecerá la nueva Galilea, y allí me encontrarás”
Es el tiempo de proclamar que el reino de Dios está cerca,
es tiempo de Palabra, es tiempo de TI.
“En el desierto, en el silencio, en la contemplación
allí te encuentro, allí me veo, allí te sueño, allí te siento”.
Después vendrá o junto a Él otro tiempo,
el de salida, el de ayuda, el de la misericordia.
Feliz Cuaresma. Feliz conversión